A veces, mientras pasea, se imagina deteniéndose en seco
mientras el resto del mundo se mantiene hacia adelante. Se visualiza a sí mismo
inmóvil en mitad de un parque o de una avenida, sintiendo apenas un leve roce, el
del olor del resto de viandantes. Y el tiempo le pasa a cámara muy rápida por la
cara, sin dar tregua de reacción a su sistema nervioso. Contempla la escena con
los ojos muy abiertos, la dilatación de las pupilas borrándole el iris, y un
resquicio de babilla asomando por la comisura derecha de los labios. Una bofetada y sigue andando. Le escuecen mejilla y mano. Se le pasará el dolor mientras sigue andando.
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