La felicidad es un cubito
de hielo en verano: anhelado, de engañosa transparencia, con un poder guardado
en sus miles de agujas hipnotizadoras y que apenas puede tenerse tres segundos
en la boca porque quema. Sólo queda morderlo. Craaack... Destruirlo. Disfrutarlo.
Añorarlo.
Kjell Askildsen
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