08 noviembre, 2011

Epílogo

Las palabras que creí. Y lo real: la resistencia del tacto seco. Del verano al invierno, ¿qué cambió? ¿Dónde fui, que sigo aquí? El pecho grita. ¡Sien, respira! Las carcajadas se agolpan como un azote a plena luz del día. Recoger una cosecha a Sol puesto. Jamás llega a amanecer. Y que aún no deje de escocer la llaga de una resurrección. Que nunca en mí recaiga tu palabra.

Será que yo no, ya no.

Será éste un fin.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No!

I. dijo...

Sí.

Plano Secuencia dijo...

Donde acaba una cosa... comienza otra diferente.