13 junio, 2012

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A Jakub le pareció que en aquella cara habían venido a verle otras miles de caras que conocía muy bien. Le pareció que toda su vida no era más que un diálogo ininterrumpido precisamente con esa cara. Cuando intentaba explicarle algo, esa cara miraba ofendida hacia otro lado, a sus argumentos respondía hablando siempre de otra cosa, cuando él sonreía le echaba en cara su frivolidad, cuando pedía algo le acusaba de adoptar una postura de superioridad, esa cara que no entendía nada y lo decidía todo, esa cara vacía como un desierto y orgullosa de su desierto.

Pensó que hoy la veía por última vez, para mañana abandonar su reino.



*La despedida, Milan Kundera





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y se quedó cariacontecido? :)

I. dijo...

Más bien carialiviado ;)